La natación terapéutica es un método de terapia muy utilizado para las lesiones de la columna en cervicales y en lumbares. La rehabilitación de estas dolencias en la piscina son muy beneficiosas por las características del agua.
El poder terapéutico del agua
El agua tiene muchas propiedades físicas que son muy beneficiosas para nuestra salud mental y física. Sumergirse en la piscina te aporta mucha relajación en músculos y en tus huesos.
De hecho, ya en el 2.000 A.C se utilizaban las cualidades terapéuticas del agua en la cultura egipcia, y continuó en Grecia con el uso de las fuentes termales.
La movilidad que consigues en el agua es muy superior ya que puedes flotar y reducir el impacto que experimentan las extremidades en pleno movimiento. Con la flotación el peso de tu cuerpo disminuye y a la hora de ejecutar las movimientos, los músculos sufren menos y se relajan.
El cambio de temperatura del agua también viene muy bien para la circulación sanguínea. Los ejercicios en el agua favorecen la mejora de la postura corporal, la condición física, reducen la tensión muscular y el impacto.
Beneficios de la natación terapéutica
Las ventajas de la natación terapéutica son muchas, pero antes de empezar a practicarla debes seguir las indicaciones de un profesional. Lo más adecuado es acudir a un fisioterapeuta especializado en hidroterapia o a un médico.
Ellos te indicarán cuáles son los ejercicios que más te convienen de acuerdo con tu lesión. Además, lo más recomendable es que las actividades que desarrolles en el agua sean supervisadas para evitar que tu dolencia se agrave o surjan otras nuevas.
Para que la natación terapéutica funcione lo mejor posible es recomendable que sepas al menos dos estilos de natación para que puedas actuar de forma segura en el agua. La natación es el deporte más completo en el que se ejercitan varios músculos al mismo tiempo y que mejora tu capacidad pulmonar.
La natación terapéutica no solo te ayuda a recuperarte de las lesiones sino que también lo hace con enfermedades, respiratorias, cardiovasculares, mentales y para estimular a personas con algún tipo de discapacidad. Gracias a la natación terapéutica, estas últimas pueden potenciar el desarrollo neurológico, aumentar la agilidad, la coordinación, etc.
Para que la hidroterapia o la natación terapéutica funcionen de forma adecuada se juega con la presión y la temperatura del agua para poder ejercitar y mejorar la zona del cuerpo dañada.
La hidroterapia complementa a los tratamientos de rehabilitación y farmacológicos que tengas que seguir. Al sumergirte en el agua, el cuerpo pesa menos e incluso reduce el dolor de las contracturas que tengas.
En el agua el movimiento del cuerpo es más fácil y por tanto los beneficios de la terapia son aún mayor. Por otro lado, la natación terapéutica ayuda a mejorar la postura corporal y la musculatura.
Dolencias que pueden mejorar con la natación terapéutica
Son varios los ejercicios que se pueden hacer con la natación terapéutica para poder mejorar tus lesiones.
La hidroterapia es muy beneficiosa para personas que tengan desviaciones en la columna, dolor crónico, osteoporosis, artrosis, hipertensión, escoliosis, estrés, hernias, obesidad, enfermedades reumáticas, dolores de espalda, alteraciones respiratorias, dolor cervical, etc.
Además, la natación terapéutica mejora el estado de ánimo y genera una sensación de bienestar.
Este tipo de terapias son muy beneficiosas para las mujeres embarazadas y para los bebés de más de cuatro meses porque les ayuda a desarrollar el aparato locomotor del niño y a conectar al menos con el padre o la madre.
Son muchas las virtudes que trae consigo la natación terapéutica para mejorar alguna dolencia muscular siempre y cuando esté supervisada y prescrita por un profesional.